29 de enero de 2007

Nadar

Lo que empezó como un pequeño charco se está convirtiendo en todo un mar. El exceso de bits parece acelerar el olvido y potenciar el vigoroso crecimiento de las setas. Aunque parezca increible, incluso es posible olvidarse de nadar, o de montar en bicicleta.
No puedo dejar de recordar la noche de borrachera en que nos quedamos dormidas en el parking, la música de Cesaria Evora sonando y yo en la galería mirando al cielo, el viaje por el norte, el atracón de bricolaje...
Gracias a todo eso -entre otras cosas - me mantengo joven.
Pero tú te has hecho mayor de repente.

4 formas de verlo:

Milagritos Takamori dijo...

Pero la juventud es contagiosa. Seguid con el bricolage y se arreglarán las diferencias. Un beso

Anónimo dijo...

Yo también te echo de menos. Pero quizás no soy sólo yo quién se aleja.

En cualquier caso, espero no olvidarme nunca de montar en bicicleta. No hay más remedio que crecer, pero espero no hacerme vieja.

Publico como anónimo porque odio la pornografía blogueril.

Carmen Griss dijo...

Milagritos: la juventud es contagiosa, pero la pereza mucho mas. Creo que la pereza acelera el envejecimiento.

Anónima: pues eso que le digo a Milagritos.

Anónimo dijo...

el relativo ritmo del envejecimiento... Carmen... imposible explicarlo mejor. Un abrazo!!