Y están todos dentro de mi. Lo cierto es que los colecciono. Qué ridículo, como las vitrinas del salon de la abuela, llenas de copas y tazas de porcelana pasadas de moda, colecciono chorradas, las disfrazo de preciosos momentos evocables, y las arrastro de aca para alla como un mendigo con su carrito de super robado lleno de "tesoros". Me aburren. Me pregunto si en Corporación Dermoestética sabrán como ayudarme con esto, o tendre que buscar directamente un psicólogo funerario.
(Ni sufro, ni estoy triste, solo soy una gruñona quejica que a veces abre los ojos un momento, farfulla, y los vuelve a cerrar. Amén)
18 de agosto de 2006
En ocasiones, veo muertos.
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¡aleluya hermana!
Entierralos a la sombra de un higuera
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