Había pensado en venir al aeropuerto directamente desde Atocha. El último tren me dejaba allí a las 23 y mi vuelo sale a las 6 de la mañana. Todas las tontadas que no he hecho nunca me parecen chulas, como esta última de pasar la noche en el aeropuerto.
A última hora me han rescatado de mí misma y he acabado haciendo escala en las fiestas de Lavapiés. El ministerio de sanidad aún no ha abolido los entresijos ni las gallinejas, la panceta y los minis de cerveza saben igual que siempre, los jipis ahora son más modernos y más alternativos, pero son los mismos jipis. Bailoteo, quinquis, tómbola. Solo las canas y los kilos de los cientos de conocidos del barrio que me he cruzado me han mantenido ubicada en el 2007.
Y al llegar a la T4 pensando que sería la única loca intentando dormir en los asientos me encuentro con que casi todos están ocupados por otros locos itinerantes y que si quiero buscar la horizontal me toca suelo.
Estoy cansada, pero a las cuatro y media aún no venden café. Pienso y pienso. Como nunca he sido entusiasta no puedo afirmar ser feliz, pero siento que la vida empieza a bailar con ritmillo y he superado las agujetas.
Definitivamente ya no soy de aquí, estoy de paso, me espera el mar.
12 de agosto de 2007
T4
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Gallinejas! mmmmm que ricas. Qué bien que te diviertas y hagas el jipi, es bueno hacer estas cosas de vez en cuando :)
No importa demsasiado de donde seas, mientras te lleves un poco de todas partes, y la vida, como tu dices, empiece a bailarte con ritmillo.
Un abrazo, disfruta de estos días, muchachita. :)
http://exasperanza.blogspot.com/
"Nuevo" blog. Nos vemos allí.
Yo también tuve que dormir unas horas en el aeropuerto de madrugada... y la T4 me pareció un lugar a la vez poético y sórdido... por suerte o por desgracia, conseguí volver a Maine.
Besos.
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