20 de febrero de 2008

La friki que sonríe en los atascos

En un día como este solo atrevidos como Julio Verne o Isaac Asimov habrían sido lo suficientemente valientes para presagiar la primavera, o ni siquiera para atreverse a describirla.

He pillado una infección en los oídos mientras realizaba mis encargos laborales en un colegio. Me duele. En la tele no paran de salir políticos. El cielo es blanquecino y ha desaparecido el horizonte. Hace frío. Pongo la radio cuando me meto en el mastodóntico atasco provocado por la lluvia y tampoco paran de salir políticos. Tengo miedo de Rajoy. Bueno, no, no tengo miedo de él, sino de aquellos a los que representa. Sé que cuando regrese será de noche. Para ya, Carmen, que no acabarías.

Los verdaderos valientes son los almendros, o los ciruelos, o lo que sean esos aparcamientos de mariposas blancas y rosadas. Solo me importa mirarlos, imaginar que tengo ocho años, que consigo subirme por primera vez a uno de ellos y desde allí me siento al trascacho de todas las miserias del mundo.

Y así es como consigo que ni siquiera los políticos me puedan borrar esta sonrisa primaveral.

7 formas de verlo:

Anónimo dijo...

Yo quisiera ser una de esas palmeras que delante tienen el mar y detrás el cementerio de Montjuic. Ajenas a todo...

PetitaCriatura dijo...

Es facil que Rajoy borre sonrisas, pero tu no dejes que lo haga!

shichimi dijo...

"trascacho", hermosa palabra que no conocía.
alegra un día triste.

Carmen Griss dijo...

Dietrich: ostras, estas palmeras aguantan las pobres todo el follon de la ronda litoral... ¿estas segura? :)

Petita: si, si, pero asusta, como el coco, que no lo has visto nunca pero da cague ;)

Shichimi: me parece que lo de ponernos al trascacho solo lo apreciamos los esteparios, manchegos, leridanos del pla d'urgell, habitantes del mar de campos, gente de los monegros... igual por eso me siento tan cómoda en catalunya, siempre hay alguna ondulación tras la que sentirse buscar refugio cuando sopla fuerte.

Anónimo dijo...

Carmen, en los páramos de mi tierra hay pocos trascachos (hermosa palabra...)donde resguardarnos, pero siempre nos podemos tumbar entre las espigas... allí no sopla el viento.

A

PD: No voy fuerte, no te creas...

marga dijo...

siempre hay que sonreir en los atascos
;-)

Carmen Griss dijo...

Anonimo: Cierto, Valladolid no es excesivamente montañoso... ¿entre qué espigas os resguardais en invierno? Las espigas duran suficientemente altas un par de meses como mucho, y ojo que no te pille el amo del sembrao chafándolas, que te puede pegar un buen berrido :D. Como manchega, sé de lo que hablo ;)

Marga: ¿en serio? Yo solo tengo rachas :P