25 de septiembre de 2007

A estas alturas del año un lunes soleado sin tener que trabajar es un auténtico regalo. Miro el paisaje mientras paso la mano insistentemente por las hojas de menta que aún resisten, como si se tratase de la cabeza de un perro, y entonces todo el universo huele así...

3 formas de verlo:

shichimi dijo...

Hermosa mezcla, el oblicuo sol de septiembre y el olor de la menta.......

Mari Triqui dijo...

La verdad es que sí... LUNES, SOL Y MENTA... parece una mezcla perfecta!
Saludos.

Anónimo dijo...

Observar y sentir el tibio sol del otoño, pasar la mano distraidamente sobre las hojas, cerrar los ojos y sentir el viento en el rostro.
Pequeños placeres que alegran la vida.