Últimamente todo indica que me estoy haciendo mayor.
Creo que el cambio radical consiste en que estoy desarrollando la capacidad de preocuparme por cosas importantes y me resbalan del todo las tonterías, y esto es exactamente todo lo contrario de lo que había sido siempre. Ahora no sumo las pequeñas catástrofes de cada día, lo que convertía a veces mi existencia en un cataclismo, sino que las intento abordar individualmente y no dejo que se contaminen y multipliquen las unas con las otras.
El caso es que no se si sufro menos o es que reparto mejor la parte de sufrimiento que me toca, y así, el perfil del transcurso de mis días, rachas y épocas no presenta un relieve tan escarpado como hace años. Ahora me envuelven las dunas.
Igual es el amor, recordar estúpidas tormentas autoinducidas, la certeza de que el mundo se ha vuelto loco, o quizá sí, igual resulta que me estoy haciendo tan mayor como los mayores.
En realidad no pasa nada, creo que todo esto que pasa -o no pasa- está bien y casi casi no puedo quejarme... lo que me inquieta es dudar de si a mí me gustaría alguien como yo.
Y lo dudo tranquila, mirando como el viento seduce las incautas hojas de estos árboles de ciudad.
19 de septiembre de 2007
Solo algo para contar entre tanta pereza
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5 formas de verlo:
Yo intuyo que a mi si me gustarías si te pareces a las palabras que escribes
sin duda
yo tengo la misma duda pero a mí no me deja tranquila. Será porque yo sí me siento ya mayor. Un abrazo.
Excelente post. Me siento totalmente identificada. Aunque yo tengo la certeza de que nadie más que mi mujer puede aguantarme...
¡puñetas! ¡gracias por el recibimiento y los elogios! :)
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