Aprovecho estas horas para buscar por la red historias potables que leer, pero el amor que corre a raudales entre las escritoras felices hace que sus textos enñoñezcan y sus historias se parezcan unas a otras empalagosamente, por no hablar de lo espaciado de su publicación... El amor nos hace muy felices. La felicidad embriaga. La embriaguez atonta y genera pereza.
Hay otras escritoras geniales que sencillamente deciden dejar de publicar, despues de hacer que nos enganchemos. Vaya putada. Se generan centenares de comentarios de condolencia y las páginas de sociedad se hacen eco de tan irreparables pérdidas. Para mi, cada vez que se cierra un blog genial es como si se acabara una temporada de The L Word, paso días de nostalgia, y clico en los enlaces durante semanas por si se han arrepentido y vuelven. Y lo que es peor: a veces no lo hacen.
De modo que he pasado horas registrando post y comentarios, clicando enlaces, saltando de acá para allá y encontrando -por suerte- letras fresquitas que leer.
Por primera vez desde hace muchos meses estoy disfrutando de un domingo sola en casa y hace días que estoy contenta. Igual por eso últimamente escribo poco y mal. En cualquiera de los casos, no molo tanto como para cerrar el blog.
Solo es guay morir joven cuando eres una estrella, de modo que no tengo más remedio que seguir escribiendo estas chorradas. Mi blogosuicidio no serviría para nada.
Hay otras escritoras geniales que sencillamente deciden dejar de publicar, despues de hacer que nos enganchemos. Vaya putada. Se generan centenares de comentarios de condolencia y las páginas de sociedad se hacen eco de tan irreparables pérdidas. Para mi, cada vez que se cierra un blog genial es como si se acabara una temporada de The L Word, paso días de nostalgia, y clico en los enlaces durante semanas por si se han arrepentido y vuelven. Y lo que es peor: a veces no lo hacen.
De modo que he pasado horas registrando post y comentarios, clicando enlaces, saltando de acá para allá y encontrando -por suerte- letras fresquitas que leer.
Por primera vez desde hace muchos meses estoy disfrutando de un domingo sola en casa y hace días que estoy contenta. Igual por eso últimamente escribo poco y mal. En cualquiera de los casos, no molo tanto como para cerrar el blog.
11 formas de verlo:
Siempre nos quedará ser agua, no?
- Be water, my friend
Los suicidios son absurdos.
Además, muy aburridos.
Disfruta de la calma que ya llegará cuando tenga que llegar la tormenta...
Un saludo.
el suicidio de Clementine jode, para qué negarlo?! Pero el tuyo también lo haría. de todas formas, yo sólo creo en el suicidio si hay una causa muy justificada. por otra parte, debe ser verdad eso de que cuando estamos un poco coladas, nuestros textos no son tan originales. pero bueno, el amor siempre estará por encima de la literatura. o no?
un besito
El amor y la literatura no pueden medirse por el mismo rasero. El amor es egoísta y absolutamente coyuntural, temporal, caduco... la literatura es inicialmente altruista y se alarga en el tiempo, si es buena, se actualiza sola y sirve para cualquier coyuntura...
Ojalá el amor se pudiese crear, difundir y perpetuar de un modo universal como la literatura. Otro gallo nos cantaría.
griss, no te vayas a rendir tu ahora...
¿La literatura altruísta?Umm...Pues yo siempre he pensado que era el arte más interesado de todos. En lo demás, estoy absolutamente de acuerdo contigo. Ah, y a mí también me gusta recibir más de las cosas buenas (ya que hay tan pocas en este mundo), así que no te sucides aún, por favor, que aún quedan muchas palabras en el aire.
Un beso.
Evita, ¿el amor por encima de la literatura? ¡Al contrario! La literatura fue la gran inventora del amor y su principal inversora... sólo para mantener el ente y a nosotros idiotizados, como pasa con la Bolsa. Un beso para tí también.
Hay blogs en los que solo he escrito un coment cuando un "the end" amenazaba mi lectura diaria y obsesiva, en este caso hago excepción para que borres esa idea de momento y sigas escribiendo "chorradas" que tu dices para que yo pueda pasar los domingos leyendo blogs tan buenos como este.
Se agradecen enormemente las palabras de aliento a l@s parroquian@s, pero justamente lo que quería transmitir es que mientras tenga algo que decir, ni que sean idioteces, grissadas, ralladas o ñoñeces enchochadas, no pienso cerrar el blog... entre otras cosas porque ni siquiera así conseguiría ser superglamurosa, objetivo principal de mi vida en estos momentos :-D
Y yo que me alegro de que sigas con tus grissadas durante mucho tiempo. Me he reido con lo de The L Word XD
Yo creo que no hay nada tan efímero que el glamour o la fama. Es como un orgasmo, pero encima no es físico.
Por desgracia surte el mismo efecto: es adictivo.
Puede que no seas la más de la más y que no te de un premio a la mejor blogera, pero para las personas que te leen sí que importas.
Un saludo.
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