28 de enero de 2008

Inventario de la segunda gran crisis

No hay nada como mirar con suficiente perspectiva para poder ver.

Acababa de liberarme de treinta kilos y de un amor que resultó ser casi incesto. Me sentía la mas grande y mas puta reina del mambo. Todo el lastre caía y yo me precipitaba hacia arriba, como borracha de helio.

Menuda imbécil.

Incluso cuando comencé a caer pensaba que lo hacía con mucho estilo, como las hojas que descienden acunadas suavemente por el aire. Para nada. Entré en barrena y acabé estampándome en el enorme montón que formaba mi propia mierda.

Me ha costado horrores olvidar aquel olor, aquel miedo, aquella sensación de estar aplastada contra el suelo por toneladas de culpa... Ahora me siento algo más correosa, pero creo que también un poco mejor persona.