12 de septiembre de 2008

de frente y de perfil

Yo no es que tenga mal tipo, lo que pasa es que mi belleza física está mal ubicada en el tiempo, siempre lo he tenido claro.

Lo llevé bastante mal hasta superada la treintena (qué bien vienen los años para despejar la cabeza), y hasta incluso he llegado a mostrar con orgullo mi estilo Rubens por playas de dudosa reputación.

Al quedarme embarazada la verdad es que no pude evitar imaginar qué clase de pinta tendría una venus de Rubens gestante, y empecé a impacientarme por la metamorfosis.

Ahora contemplo mi error. Las venus de Rubens preñadas sufrimos una regresión temporal añadida, que ubica nuestra belleza en plena prehistoria.

Hay que joderse... las buenas mozas no lucimos ni el embarazo.

(me crucé el miércoles en el iKea con un hombre cuarentón, bajito, barbudo y con pinta de intelectual que llevaba una camiseta negra con la Venus de Willendorf serigrafiada. Mira, tener fans siempre anima)