22 de mayo de 2008

Los veo. Amarillo anaranjado, redonditos, relucientes entre las hojas. Me acerco a la valla y el aire se convierte en un agujero espacio-temporal cuando la salto. De repente tengo doce años. Me fabrico una falda con la camiseta y la cargo con los nísperos que voy hurtando del huerto del vecino, en una suerte de funambulismo me subo a los árboles para poder alcanzar las mejores frutas y las delgadas ramas se rinden a mi gula.
La fruta es de quien la caza y además esta gente viene poco: para el sábado se habrían madurado en exceso y caído del árbol -me convenzo de la conveniencia de mi delito-.
Regreso a traves del agujero espacio-temporal, y ya en casa, cada vez que me como uno de esos nísperos, vuelvo a tener la misma edad que cuando los cacé. Nadie sabe que he descubierto el elixir de la eterna juventud, y se sirve en cómodas dósis amarillo-anaranjadas.
En primavera soy indecentemente rica.

6 formas de verlo:

Morgana dijo...

Preciosísimo.

Noelia Mussol dijo...

me encantan los nísperos...Pero yo los he descubierto ya a eso de los 20 años. Creo que de pequeña la fruta que más me gustaba era el plátano de gominola ;) Ahora me hago zumos de toda fruta que cae en mis manos.
Un abracito anaranjado para ti.

arponauta dijo...

¡felicidades! pastel, velas y nubes.

Unknown dijo...

http://2futurasmamislesbianas.blogspot.com/

zurdezas dijo...

un poco de micropoesía para cada macro-día:

http://www.qualid.es/embeds/v_embed.swf?id=7

arponauta dijo...

cuenta, cuenta: loveandmaths@gmail.com

beso y gracias :-)