21 de agosto de 2007

Mi patria en mis zapatos

Siempre creí haber nacido en el cuerpo equivocado (demasiado grande) y con la cara equivocada (demasiado normal), pero supongo que la edad va quitando las tonterías y los años nos van acostumbrando a estas cosas a los que no podemos permitirnos la cirugía. Por fortuna este lamentable complejo es un asunto casi casi solucionado.
Pero hace unos años, además de mi desubicación corporal, empecé a sentir una suerte de descoloque nacional (entendiendo por nación el lugar donde uno nace). Lo cierto es que nunca sentí amor por mi lugar de origen, ni le encontré ningún tipo de belleza. La mayoría de la gente se siente orgullosa de su pueblo o su ciudad, y la ama como se ama a los hermanos, a los padres, a la familia, amando porque sí, encontrándo mil virtudes entre los defectos, con amor ciego e incondicional.
Supongo que por eso nunca me ha supuesto un problema cambiar de lugar buscando una vida mejor, cambios aleatorios que casualmente me han llevado hacia lugares mas húmedos y hacia el mar.
Han pasado los años y en mis migraciones el tiempo parece haberse despistado hasta el punto de conseguir dar medio paso atras entre la generación que ahora ocupan mis amigos de la infancia o mi hermano y el limbo treintañero en el que nado hace tiempo. Ya no soy de allí y tampoco soy como ellos.

Aunque no consigo imaginar en qué lugar me habría gustado nacer (supongo que eso realmente me da lo mismo), o como me habría gustado recordar mi infancia y adolescencia, no paro de soñar con los lugares a los que me gustaría ir llegando.
Estoy segura de que los deseos que no luchamos por cumplir son los que hacen que la vida nos pese tanto a veces, de modo que cada día me siento más animada a dejarme fluir hacia el norte.

2 formas de verlo:

marga dijo...

Qué lindo post... me gustó mucho... Bueno, el descoloque de
nacionalidad yo no lo tengo, porque por más que pretenda que no, me sale la "argenta" en cualquier momento, como éste por ejemplo ;-) . No puedo decir lo mismo del "descoloque generacional" del cual sí sufro, y del que siempre sufrí, hacia atrás o hacia adelante en diferentes etapas de mi vida.

Escribís: "los deseos que no luchamos por cumplir son los que hacen que la vida nos pese tanto a veces"... Qué hermosa frase... adelante entonces con los sueños!

salu2

Anónimo dijo...

animo y busca tu camino, solo tenemos una vida y hay que vivirla como cada uno quiera, no como nos digan que tenemos que vivirla.

*marta*