20 de febrero de 2007

Supón que alguna noche,
alguna tarde, en algún momento,
mi aliento decide volar hasta ti.
No hay manera de evitar que mi aliento
se cuele bajo las rendijas de las puertas
o simplemente
se quede escondido en tu casa
cuando yo me vaya.
Supón que te espera
o te busca.
Supón que comienzas a sentir
como respiro a tres milímetros de ti,
como te sobrevuelo,
como me filtro entre tu piel y tu ropa,
como me convierto en un pequeño susurro caliente
y te recorro, y te reconozco...
Aunque yo durmiese
o estuviese despierta,
aunque estuviese muy lejos
mi aliento trazaría espirales sobre tus pechos,
se dormiría sobre tu vientre,
se escondería entre tu pelo y tus oídos...
Y es que no hay manera de sujetar mi aliento.
Es el calor que me brota al respirar.
El sonido de la vida que me hincha...

4 formas de verlo:

Maine dijo...

Uf, me has causado un leve escalofrío en la espalda...

Morgana dijo...

... pero qué bien lo explicas tía!...

La Penca dijo...

¡Si pudiéramos alguna vez ser aliento! Bonitas palabras, me ha gustado.
Besos.

shichimi dijo...

Como no se si vuelves por los comentarios de los posts anteriores te lo mando a este, aunque se refiera al anterior. Cuando leí esto me acorde de lo que escribías:

"Ahógate,ahógate/ En los océanos del éxtasis/ Deja que mis labios, se unan a tus labios/ Y deja que nuestros cuerpos se entrelacen/ Y deja que nuestros besos ávidos y apasionados/ Hagan arder al mundo."

Es de Rabindranath Tagore.

Me gusta tu blog.Chau