25 de septiembre de 2006

Al final resulta que hace nada que fue el principio,
y todo pasa por delante de nuestros ojos en un instante:
el otoño pasado.
Las horas mirando bailar a las llamas
su furiosa danza del vientre de fuego,
soñando con explosiones que se avecinaban.
Recogíamos los frutos maduros del árbol de los besos
para merendar cada tarde.
Tan rápido…
como pasa la estela de un pájaro que vuela hacia el sur
reflejada en el ojo de un perro melancólico.
Todo queda en una manta de besos deshojados
que crujen bajo mis pies, que suenan a responso.
Y el perro melancólico mira hacia un cielo donde no hay nada.

7 formas de verlo:

Vita dijo...

Lo fugaz a veces se mezcla con lo eterno. Los sentimientos se enredan en el tiempo. Todo pasa y, sin embargo, son tantas las cosas que quedan...

Anónimo dijo...

eso debe de ser el otoño... que tiene punto melancólico, no?

La Penca dijo...

Es ierto, el otoño siempre trae un poco de melancolía con esos colores...Me ha gustado mucho el post, sobre todo lo del árbol de los besos. Un saludo.

MÍDEME EN LETRAS, EVITA DUNCAN dijo...

a mi me ha encantado lo del perro melancólico!!! el perro andaluz d ebuñuel seria melancólico??? besos

Carmen Griss dijo...

hace muchos años conocí a una poeta que un día escribió: "soy el perro que encontrarás a la puerta de tu casa cuando vuelvas". Esto lo escribí pensando en ese perro.

yuyu dijo...

me gusta.. me gusta.. pero no te voy a regalar los ojos con piropos de escritora aficionada :p
anda toma un besote tontona!! muaaaaaaaaaaa

shichimi dijo...

qué bien escribías cuando escribías...
;-P

besos