18 de septiembre de 2006

Trastos

He hecho una lista de las cosas que me fueron útiles pero que ya no lo son para intentar reciclarlas, o al menos quitármelas de encima haciendo caso de los sabios consejos que me daba mi abuela: a menos bulto, más claridad.

He llamado al vertedero para preguntar horarios y tarifas y me han asegurado que de momento no recogen nada de lo que a mí me sobra, pero que averigüe en los libros si se trata de cosas biodegradables, para poderlas dejar al sol y al aire para que acaben desapareciendo sin dejar ningún rastro dañino.

He consultado libracos de ciencias, medicina y filosofía, manuales de usuario que tenía guardados por los cajones, e incluso revistas de marujeo y decoración en las que a veces te dan ideas insólitas para reconvertir las cosas y hacerlas útiles de nuevo.

Al final he averiguado que el amor es biodegradable y si no se le da mantenimiento acaba por desaparecer en un tiempo razonable. También se puede hacer pedacitos, unirlos con hilo de pescar, hacer un móvil y colgarlo en el porche para que suene en las noches de viento. Esta es la buena noticia. La mala es que los recuerdos no se puede asegurar que desaparezcan, y lo que es peor, a veces mutan y se vuelven caníbales. Así pues, soy una especie de pequeño y acogedor cementerio nuclear.

9 formas de verlo:

Griada dijo...

Los recuerdos se reciclan según los trates... La mejor solución creo que es convertirlos en piedras pequeñitas, de colores y brillantes. Podrías colocarlas en un rincón y siempre que te apeteciese irías a observarlas, sin que te causasen ninguna molestia.

Anónimo dijo...

Yo haría caldo. Caldo de buenos recuerdos.

Vita dijo...

Un cementerio nuclear acogedor no debe ser algo muy malo. Los restos de recuerdos de átomos enamorados a veces se comportan como auténticos caníbales, pero nunca pierden del todo su antiguo encanto. Bonito lugar.

Anónimo dijo...

Sin palabras ...

:o(

Anónimo dijo...

Planta los recuerdo entre los tomates y a lo mejor se injertan y te salen tomates que saben como los de antes ;o)

Burnout. dijo...

Yo dejo un espacio para los recuerdos caníbales. Cuando quiero sentirme triste me sumerjo en ellos y salgo martirizado pero mejor... Eso sí, la puerta donde los guardo tiene 10 cerrojos...
Un saludo.

Anónimo dijo...

acogedor cementerio nuclear??? maravilloso!!! un beso. tienes que contarme lo de "la doble vida de verónica", eh?

La Gosa Roja dijo...

Tambien inspiran posts como este. Muy bueno!.

namaga dijo...

si, es molt bo