18 de mayo de 2007

Lo nuestro es imposible

Escucho tus portazos por la mañana mientras intento dormir el rato que me queda. Qué desastre, amor mío: la luz nos vuelve reales, pero no consigue robarme toda mi travesura, de modo que te comprometo suplicándote que no te vayas, que te inventes un achaque, o qué se yo... Cualquier día te firmaré un justificante y soñaré que ruedo con una camara oculta la cara de tu jefa al leer que has llegado tarde por tener que socorrerme en pleno ataque de líbido mañanera.
Pero tu cabeza permanece fría y al final te vas.

Al caer la noche me lío la manta a la cabeza, me planto bajo tu ventana y escalo por las sábanas anudadas hasta llegar a tus labios. Me regalas tu sabor y escuchamos el fluir del vino blanco como si fuese un arroyo. El tiempo cambia de dimensión y cuando caigo en la cuenta tengo que salir corriendo para que no se rompa el embrujo al dar las tantas y acabes viendo a la labriega que esconde bajo mis muchos -y ebrios- encantos.
Te dejo las dos velas y en mi huida pierdo una delicada zapatilla de skate.

Espero que gracias a ella sepas encontrarme este fín de semana, y consumemos de una vez el festín, reina mora, que con tanta mariposa, tanto polen, y este aire tíbio la cosa se está poniendo de lo mas sugerente.

5 formas de verlo:

ss dijo...

uffff

Morgana dijo...

eso ufffff!

Carmen Griss dijo...

¿uffff? :D

Greta dijo...

Griss.. te has superado a ti misma, cosa que por otro lado ya era difícil. Ea!!!

Maine dijo...

Es cierto... se ha acabado la estación de la niebla... tendré que pasar un tiempo de vacaciones en Arabia y volver a reconstruir mi palacio de hielo el invierno que viene... siempre me lo encuentro derretido cuando regreso.